Joaquin Teherán Lora ENTIENDE LA INSULINA DE MANERA SENCILLA. | Qisoma Google ;
05 julio 2017

ENTIENDE LA INSULINA DE MANERA SENCILLA.

Por: Joaquín Teherán Lora.


insulina

SIN INSULINA NO HAY ENERGIA.

Cuando escuchas la palabra insulina de seguro que piensas en el medicamento que usan las personas que padecen diabetes.
Pero lo que quizás no sabes es que la insulina es una de las tantas hormonas creadas en el organismo con una importancia especial para el cuerpo ya que está implicada nada menos que en el proceso que hace el cuerpo para obtener la energía vital. Esta hormona es la que  permite que el azúcar o glucosa en la sangre llegue hasta cada una de  las células para proveerlas de energía. Es un proveedor de combustible.

Cuando comes, el cuerpo descompone los carbohidratos (alimentos) en glucosa que es una de las fuentes de energía que tiene el cuerpo para todo lo que hace: para trabajar y pensar, para hacer ejercicio y sanarse.
La glucosa es, pues, fuente de energía para las células. Ella viaja por todo el torrente sanguíneo, pero por si sola no puede entrar a las células debido que necesita de la insulina que es un transportador especial que se encarga de distribuir y entregar este "combustible" en cada célula que lo necesite.
La insulina, es similar a un camión que distribuye combustible a domicilio.
Cuando la insulina cargada de glucosa (combustible) llega a la célula, emite una señal (como si pitara el camión) para que ésta active una enzima o glicoproteína que se encarga -como cualquier portero- de recibir a la insulina en la membrana de la célula, recibir su carga de glucosa y transportarla hasta las mitocondrias, donde esa glucosa es transformada en ATP o energía que el cuerpo necesita para vivir y desarrollar todas sus actividades. Estos "porteros" en la célula son conocidos como receptores de insulina.
Después de esto, el receptor de insulina puede desintegrarse o regresar a la superficie celular.


LA INSULINA SE PRODUCE EN EL PÁNCREAS.

La insulina se produce normalmente en el páncreas en unas estructuras especiales llamadas islotes de Langerhans, donde además también se  produce otra hormona conocida como glucagón.
Cuando la glucosa, producto de la descomposición de los carbohidratos, entra en la sangre, el páncreas produce la cantidad correcta y necesaria de insulina que conduzca a la glucosa hasta las células.
Pero hay casos en los que esos islotes de Langerhans son deteriorados, ya sea por el propio sistema inmunitario (caso de enfermedad autoinmune), por la presencia de la cándida albicans o por parásitos (Eurytrema pancreaticum) o sencillamente porque el páncreas se cansa,  por lo que produce cada vez menos y menos insulina.



Si esto pasa no hay suficiente insulina en el torrente sanguíneo que transporte la glucosa a las células. La glucosa no puede ser llevada donde se necesita que produzca energía y es así, que al no ser utilizada, se acumula en la sangre y es lo que se conoce como diabetes tipo 1.
Como se deduce, este tipo de diabetes, es la manifestación de un deterioro del páncreas por lo que su tratamiento debe estar enfocado a devolverle la salud a dicho órgano, liberándolo de los agentes que lo ataquen, y no reducir su tratamiento a la simple aplicación de insulina inyectada.
Un segundo caso de diabetes (por lo cual, se llama diabetes tipo 2) se presenta cuando el páncreas está sano por lo que produce suficiente insulina  para el  transporte de la glucosa a las células. Sin embargo, cuando esta insulina en cumplimiento de su tarea, "toca a la puerta" de la célula para hacerle entrega de su carga, ésta no abre porque sus receptores de insulina, que mencionamos anteriormente, ante el acoso permanente de la insulina, se cansan y terminan negándose a recibir o rechazando a la insulina, al igual como rechazamos a los fastidiosos vendedores "puerta a puerta".
Este tipo de diabetes es consecuencia de un desarreglo metabólico provocado por una dieta excesivamente cargada de carbohidratos. Su tratamiento, por lo tanto, debe estar enfocado a mejorar el régimen metabólico.


LOS EFECTOS DE LA DIABETES.

Cuando la glucosa no puede entrar a las células, ya sea porque no hay insulina o porque el cuerpo es el que la resiste o rechaza, la glucosa comienza a aumentar en la sangre. Como resultado toda esa energía es desperdiciada. No está en las células que es donde se necesita. Y sin glucosa en las células, ellas carecen de la energía para que el cuerpo trabaje.

IMPORTANTE: ESTA INFORMACIÓN NO ES, NI SUSTITUYE EN NINGÚN CASO LA CONSULTA, TRATAMIENTO O DIAGNÓSTICO DEL PROFESIONAL DE LA SALUD COMPETENTE. 

Por: +Joaquín Teheran Lora (Jotelo)


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