❖ RESUMEN.
Tener una buena salud intestinal es determinante para gozar de bienestar a nivel general.
Nuestro sistema digestivo está abundantemente poblado de bacterias que en conjunto se conoce como microbiota intestinal o flora intestinal, de importante papel en la salud del cerebro y, sobre todo, en el sistema inmune.
Una microbiota saludable y equilibrada es necesario para ayudar a combatir las bacterias patógenas que causan infecciones y para la producción de neurotransmisores.
Las alteraciones en las bacterias intestinales se asocian con la enfermedad de Parkinson, la enfermedad inflamatoria intestinal, la obesidad y la diabetes.
Estudios que se han adelantado sugieren que la microbiota intestinal puede influir en los síntomas y en la progresión de algunas enfermedades autoinmunes, como el Lupus eritematosos sistémico (LES)
Tener una buena salud intestinal es determinante para gozar de bienestar a nivel general.
Nuestro sistema digestivo está abundantemente poblado de bacterias que en conjunto se conoce como microbiota intestinal o flora intestinal, de importante papel en la salud del cerebro y, sobre todo, en el sistema inmune.
Una microbiota saludable y equilibrada es necesario para ayudar a combatir las bacterias patógenas que causan infecciones y para la producción de neurotransmisores.
Las alteraciones en las bacterias intestinales se asocian con la enfermedad de Parkinson, la enfermedad inflamatoria intestinal, la obesidad y la diabetes.
Estudios que se han adelantado sugieren que la microbiota intestinal puede influir en los síntomas y en la progresión de algunas enfermedades autoinmunes, como el Lupus eritematosos sistémico (LES)
La salud o la enfermedad está condicionada por la población de bacterias (microbiota) del intestino.
Cuando escuchamos la palabra "bacteria", la asociamos con algo sucio y repugnante y, sobre todo, con enfermedad; aunque por extraño que parezca, tenemos más células bacterianas que células humanas en el cuerpo humano y que, por extraño que también nos parezca, sin esas bacterias, es probable que ninguno de nosotros sobreviva por mucho tiempo.Nuestro sistema digestivo está poblado por una comunidad de bacterias que es conocido como microbiota intestinal (flora intestinal) que juega un importante papel en la salud del cerebro, la inmunidad e incluso en el bienestar emocional.
Es bueno que aclaremos que, dentro de esa comunidad de bacterias intestinales, conviven bacterias "amigables" (probióticos) y bacterias dañinas entre las cuales existe un equilibrio que no debe ser alterado so pena de sufrir graves consecuencias para la salud.
Valor que tiene las bacterias del sistema digestivo para el bienestar físico y emocional.
Tienes que saber que el 70 por ciento del sistema inmune o defensivo del organismo está ubicado en el instestino, por lo cual, una microbiota saludable y equilibrada juega un papel importante para ayudar a combatir las bacterias patógenas que causan infecciones.
Las bacterias en el sistema digestivo, o flora intestinal, también son esenciales para la digestión y absorción de alimentos, así como para la producción de mensajeros químicos conocidos como neurotransmisores. Los neurotransmisores son biomoléculas que permiten la transmisión de información desde una neurona hacia otra neurona, una célula muscular o una glándula, a través de las uniones interneurales o sinapsis.
Para nuestra sorpresa, los neurotransmisores que entre otras cosas regulan nuestro estado de ánimo, son producidos en nuestras tripas. En un 80 por ciento son producidos por la flora intestinal o microbiota. La serotonina, llamada también la "hormona de la felicidad" y la dopamina, relacionada con la lujuria y el sexo, en gran cantidad están producidas por la microbiota del intestino. Increíble que nuestra felicidad y la lujuria dependan de las tripas de nuestro sistema digestivo, pero así es.
De tal manera que, sabiendo esto, de ahora en adelante no te sorprendas si las perturbaciones en el equilibrio de la microbiota de tus tripas puedan tener graves consecuencias para tu salud. La investigación ha demostrado que los cambios en las bacterias intestinales se asocian con la enfermedad de Parkinson, la enfermedad inflamatoria intestinal, la obesidad y la diabetes, con varios estudios nuevos que también muestran una asociación entre flora intestinal alterada y aterosclerosis, accidente cerebro vascular e insuficiencia cardíaca crónica. Y también con las enfermedades autoinmunes.
La Microbiota del sistema digestivo y el sistema inmune.
Estudios que se han adelantado sugieren que la microbiota intestinal puede influir en los síntomas y en la progresión de algunas enfermedades autoinmunes. Regula las respuestas del sistema inmune que dan lugar a enfermedades autoinmunes, en las que los glóbulos blancos de la sangre atacan a células de nuestro propio cuerpoEn el post "Las enfermedades autoinmunes: durmiendo con el enemigo" hicimos una reseña explicativa de las distintas enfermedades autoinmunes
El lupus eritematoso sistémico (LES), por ejemplo, es una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunológico ataca erróneamente al tejido sano del cuerpo, afectando la piel, las articulaciones, los riñones, el cerebro u otros órganos.
Una investigación adelantada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, cuyos resultados fueron publicados en la revista mBIO de octubre pasado, muestran un desequilibrio en las proporciones de los dos grupos de microorganismos más abundantes en el intestino humano (los Bacteriodetes y los Firmicutes) a favor del primero, mientras que carga bacteriana eran similares entre los pacientes del grupo de control.
El recién nacido carece de microbiota intestinal (es axénico) por lo que presenta múltiples deficiencias inmunitarias con una débil tasa de anticuerpos naturales; es indefenso hasta que se instale en él la microbiota intestinal.
Una serie de factores influyen en esta instalación de la flora intestinal, como el modo del parto, tiempo de nacimiento, tipo de alimentación y el medio ambiente.
Modo del parto. El niño es estéril o axénico en el vientre materno, no tiene microbiota o flora intestinal hasta cuando la adquiere al pasar por el canal de parto (vagina) en donde entra en contacto con la población bacteriana vaginal y fecal de la madre, la que demora unos 10 días para implantarse. Dentro del útero el bebé se encuentra en un medio completamente estéril, libre de gérmenes.
El canal del parto está colonizado por bacterias que son parte de la flora normal de la madre. De manera que por la vagina, el bebé tiene su primer encuentro con las bacterias, lo cual beneficia al recién nacido pues, en cuestión de minutos, se impregna de estos microorganismos satélites de su madre, y de esta forma queda protegido. La implementación en el bebé de esta flora bacteriana vaginal dura alrededor de 10 días.
De hecho el futuro de la flora intestinal del bebé va depender de la naturaleza de los gérmenes que consigan ser los primeros en ocupar ese territorio. Cabe mencionar que este proceso se complementa con la ingesta temprana de El Calostro: el milagro sanador de la Naturaleza, que es la primera leche que secreta la madre en las primeras 72 horas siguientes al parto y que ayuda a establecer una flora intestinal ideal.
Los niños nacidos por cesárea al no pasar por el canal de parto no tienen la oportunidad de recibir este "baño" bacterial por lo que el futuro de su flora intestinal será precario. En los bebés nacidos por cesárea, las enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario como el asma, la artritis juvenil o diversas inflamaciones intestinales, tienen una mayor prevalencia entre ellos que en los nacidos normalmente.
Tipo de alimentación.
La composición de la microbiota intestinal es diferente según el tipo de alimentación que se le de al recién nacido: lactancia materna o alimentación artificial.
Está ampliamente demostrado el papel de la leche humana como principal factor de inicio del proceso del desarrollo del bebé.
La microbiota del niño alimentado con leche de la madre está constituida en un 85% de bifidobacterias Las bifidobacterias son una colonia de bacterias que se asientan en el sistema digestivo, especialmente en los intestinos. Pertenecen a un grupo de bacterias llamadas bacterias ácido lácticas.
Estas se encuentran en alimentos fermentados como el yogur y el queso. Las bifidobacterias se pueden cultivar y utilizar en tratamientos denominados “probióticos”.mientras que en los alimentados con lactancia artificial la proporción de bifidobacetrias corresponde a solo 10% .
La diferencia en el tipo de alimentación en el recién nacido y lactante determinan los rasgos de composición de su microbiota. Se han realizado estudios en poblaciones de niños suecos y estonianos nacidos por parto fisiológico y alimentados con leche materna que sustentan los criterios de implantación de la microbiota intestinal, lo cual permite considerar que la colonización digestiva después del primer mes de vida está limitada de 2 a 4 especies bacterianas con importante retardo de especies de origen entérico. Por otra parte, en niños paquistaníes que no reciben lactancia materna se ha hallado una colonización temprana de enterobacterias, lo cual puede representar un factor de riesgo como causa de sepsis neonatal a consecuencia de este tipo de microbiota intestinal.
Medio ambiente. Se han realizado demostrativos de que hay diferentes factores que intervienen en la colonización bacteriana en dependencia de las condiciones del medio ambiente. Es ostensible las diferencias entre los niños nacidos en países desarrollados y en aquellos en vías de desarrollo. Por otra parte, se ha podido precisar diferencias entre los niños nacidos en medio rural y urbano y entre el parto normal y cesárea.
Manten tu flora intestinal saludable con una dieta adecuada y probióticos.
Como se puede deducir de todo lo dicho, la dieta juega un papel importante en el mantenimiento del equilibrio de la flora intestinal.Por ejemplo, consumir una dieta rica en carbohidratos asegura la presencia de los tipos de flora intestinal que prosperan con los carbohidratos ,que no es nada buena, como la levadura Cándida albicans, que puede crecer fácilmente fuera de control. El crecimiento excesivo de Cándida, o candidiasis, es responsable de una serie de enfermedades, como obnubilación mental, fatiga, dificultades digestivas, dolores de cabeza, acné, aftas orales y más. Ya de la cándida albicans hemos hablado cuando dijimos Porqué la Candidiasis necesita un Tratamiento Especial.
Por otro lado, consumir cantidades saludables de alimentos probióticos fermentados, como yogur con cultivos vivos, kimchi, sopa de miso, kombucha, puede ayudar a asegurar que las bacterias amistosas prosperen.
Para mantener en equilibrio el complejo ecosistema de la microbiota se requieren muchos tipos diversos de bacterias beneficiosas, como diversas cepas de Bifidobacteria y Lactobacillus. Si no quieres o no puedes consumir alimentos fermentados, toma suplementos probióticos, como la kombucha , por ejemplo, que puede ser tu mejor opción.
☛ IMPORTANTE: ESTA INFORMACIÓN NO ES, NI SUSTITUYE EN NINGÚN CASO LA CONSULTA, TRATAMIENTO O DIAGNÓSTICO DEL PROFESIONAL DE LA SALUD COMPETENTE.
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