EL ALGEBRA DE LA VIDA...

El hombre observó que todos los procesos de cambios en el Universo son comunes y repetitivos en el que intervienen las dos energías contrarias  que se transforman continuamente. De esa observación creó lo que podría llamarse el «algebra de la vida».

Sabemos que el algebra es un mecanismo matemático por medio del cual podemos representar con signos  entidades numéricas algo complejas.

De igual manera, el hombre ideó un sistema mediante el cual representó con signos cada una de estas fuerzas contrarias que intervienen en los procesos de cambios de la naturaleza.

De esta manera, representó al Yang mediante una línea continua y fuerte dando a entender con ello que el Yang es en esencia movimiento continuo, sin pausa. Que es una fuerza expansiva.

En cambio, al Yin lo representó con una línea discontinua (partida) y débil con lo cual quiso simbolizar que el Yin es una actividad que también tiene movimiento, pero que tiene una pausa entre una movilidad y otra. Que es una fuerza de contracción, que trata siempre de materializarse, de tomar forma, de concretarse.

Con esos dos símbolos básicos representó las características de las fuerzas que actúan en el plano espiritual divino, en el plano humano y en el plano físico o en las situaciones concretas.

Para la Bioenergética china existe un plano superior (arriba) representativo de la parte espiritual y un plano inferior (abajo) representativo de la parte material. En medio de esos dos planos (el espiritual y el material) ubica el plano que representa la parte humana.

De esta forma cada parte o plano puede ser yin  representado por una línea interrumpida (- - ); o yang representado entonces por una línea continua ( _  ), dando origen a un símbolo compuesto por tres líneas superpuestas (enteras o partidas) denominado Trigrama o Gua.

Estas fuerzas contrarias (yin-yang) pueden combinarse de 8 maneras diferentes para expresar la naturaleza de los tres planos. O sea, que se forma 8 trigramas o Gua que en su conjunto conforman el octagrama de Fu-Shi, conocido como Bagua.

Se denomina octagrama de Fu-Shi, porque este mítico emperador chino fue quien unificó y organizó los trigramas, dando origen a todo el conocimiento que estudia al hombre desde el punto de vista bioenergético, sus formas de enfermar y sus métodos de sanar, que sirvió de Base a la Medicina Tradicional China (MTC)

El Creó el sistema de los 8 trigramas como un reflejo de las leyes del universo, derivándolos de los ritmos y pausas de la naturaleza.

La mejor manera de unificar los 8 Gua o trigramas es en círculo. En la sección central cada trigrama se fusiona con su contrario, formando los cuatro elementos físicos activos, que al girar forman las dos fuerzas principales, simbolizadas en el signo taijitu, como lo muestra la Fig. 3.

La organización de los 8 trigramas en circulo (octagrama) es como lo muestra la fig. 3, en donde el primer trigrama que se forma está constituido por tres fuerzas Yang (tres líneas enteras). El Yang es expansivo. Por lo tanto, este primer trigrama habla de la máxima expansión que tipifica la «Creatividad del Cielo».

Representa el inicio de las energías que está en todos los procesos que le da vida al universo. Es el soplo del Universo. Es el soplo de la creación. Es lo inmanifestado.

A partir de aquí se ubican los demás trigramas siguiendo un movimiento de mutaciones semejante a una «S», como se aprecia en la fig.4 
Los trigramas del 1º al 4º corresponden al Cielo anterior y del 5º al 8º al Cielo Posterior.

Los cuatro primeros trigramas tienen carácter yang; y los siguientes, yin.

Los últimos cuatro son la concreción de la forma. La Tierra es yin; se ha concretado.

En la bioenergética china se llama "cielo anterior" a lo que precede a la concepción, o en un sentido más restringido a lo que precede al nacimiento.

En el taoísmo, el "cielo anterior" representa lo no manifiesto, es decir, el plano de la causalidad más allá del plano manifestado de los material. Por extensión, las energías del "cielo anterior" son aquellas que preceden al surgir de la vida.

El "cielo posterior" es lo que pertenece al orden de lo manifiesto, de lo material. Las energías del "cielo posterior" son aquellas que el individuo autónomo, una vez nacido, metaboliza por sí mismo a partir del aire y de los alimentos.

La actividad de cada uno de los trigramas va a tener su representante en el organigrama energético del hombre en unas vías de energía que no se corresponden con ningún órgano ni con ninguna víscera.

Esas vías de energías o de luz son los Vasos Maravillosos o canales extraordinarios.

Estos vasos maravillosos en número de 8 son las estructuras energéticas que dan origen a la estructura humana, son las energías a partir de las cuales se gesta el hombre.

A excepción del Canal Du Mai y el Ren Mai, ninguno de estos canales tiene puntos propios por medio de los cuales se puedan manejar sus energías. Pero si podemos acceder a cada uno de estos Vasos Maravillosos a través de los denominados «puntos de apertura» o resonadores que permiten «abrir» el Vaso Maravilloso.

Se habla de « abrir» el canal porque cuando se altera su función es como si el canal estuviera cerrado y no se hace permeable al intercambio de las  energías.

Cada vaso extraordinario tiene su «resonador o punto de apertura » como lo estudiaremos con más detalles en próximas entregas.

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