DIENTES TÓXICOS .

CÓMO LA ENDODONCIA HACE DIENTES TÓXICOS.

La endodoncia o «tratamiento de conducto» se refiere a la eliminación de la pulpa del canal de la raíz de un diente. En otras palabras, todo el entramado nervioso que conecta al diente con el resto del organismo es eliminado por lo cual podemos afirmar que el diente sometido a esta terapia de conducto, a partir de allí es un «cuerpo muerto» dentro de nuestro organismo.

Ninguna práctica médica permite dejar un cuerpo muerto dentro de nuestro cuerpo, ya que eso provocaría que el sistema inmunológico ataque.

Sobre todo, porque durante la endodoncia (tratamiento de conducto), no existe una manera segura y confiable  de esterilizar el diente. Lo más seguro es que después de una endodoncia bacterias muy peligrosas se escondan en el diente donde son inalcanzables para los antibióticos.

Estas bacterias se transforman en formas muy tóxicas, que después pueden moverse a otros tejidos del cuerpo y provocar problemas de salud muy serios, incluyendo enfermedades del corazón, riñones y cerebro.

Allí, radica el peligro que para la salud revisten los denominados «tratamientos de conducto», a pesar de lo cual la mayoría de los dentistas afirman que son seguros y que no representan ninguna amenaza para la salud.

Ellos desconocen, o niegan los graves riesgos de salud a los que están exponiendo a sus pacientes, riesgos que son para el resto de la vida.

Los odontólogos conocen el nombre de Weston Andrew Prince – considerado por muchos como el mejor dentista de todos los tiempos -   y conocido sobre todo por su teoría sobre la relación entre la salud dental y la salud física. En el año de 1925 publicó el libro «Las infecciones dentales y las enfermedades degenerativas».

Pues bien, si no hubiese sido por el Dr Weston Price y su brillante trabajo investigativo, «los tratamientos de conductos» o endodoncias como causa subyacente de muchas enfermedades degenerativas se hubiera mantenido oculta hasta la fecha.

Por desgracia, de este eminente dentista fue y sigue siendo reprimido e ignorado por muchos profesionales de la salud dental.

Los que han estudiado y conocen la vida de Weston Price saben de la experiencia que cuentan sus biógrafos:

Un día recomendó a una mujer, que llevaba seis años en silla de ruedas, a que se quitara un diente con tratamiento de endodoncia, a pesar de que el diente parecía estar en perfectas condiciones. El extrajo el diente y luego lo implantó bajo la piel de un conejo sano.

El conejo desarrolló en menos de una semana el mismo tipo de artritis que padecía la mujer y murió 10 días después a causa de una infección. Pero la mujer, libre ya de dientes tóxicos, se recuperó inmediatamente de su artritis  y pudo caminar sin la ayuda de un  bastón.

Price, demostró las correlaciones entre los dientes con tratamientos de endodoncia  y enfermedades articulares, cerebrales y nerviosas, además de que muchas enfermedades crónico degenerativas se originan de la práctica de la endodoncia siendo las  más frecuentes las  enfermedades cardíacas y circulatorias.

DEBEMOS CONOCER LA ANATOMIA DE UN DIENTE.

En el centro de cada diente se localiza una cámara que alberga la pulpa con una estructura de nervios y vasos sanguíneos.

Alrededor de esta cámara se encuentra la «dentina», conocida también como marfil formada por células especializadas en secretar una sustancia mineral dura. Es el segundo tejido más duro del cuerpo.

La capa más externa del diente es el esmalte blanco, que encierra a la dentina.

En la misma forma en que el cuerpo tiene grandes vasos sanguíneos que se ramifican en pequeños tubos capilares, cada diente tiene muchos túbulos pequeñísimos.

Weston Price, logró identificar 75 canales en un solo incisivo central.

Muchos microorganismos microscópicos benéficos  viven y  se mueven dentro y alrededor de estos túbulos.

En la  endodoncia, el dentista lo que hace es un hueco en el diente que después rellena con una sustancia especial que le corta al diente el suministro de sangre. Sin embargo, los pequeños túbulos permanecen ahí. Y las bacterias, a las cuales les quitan su suministro de alimentos, se esconden en estos túneles en donde están muy seguras de los antibióticos y de las propias defensas inmunológicas del  cuerpo.

Cuando estos amistosos microorganismos son privados del oxigeno y de nutrientes, se transforman en microorganismos más fuertes y virulentos que producen una variedad de poderosas toxinas.

Como consecuencia, lo que antes eran bacterias amigables y ordinarias sufren una mutación y se convierten en patógenos altamente tóxicos que acechan en los túbulos del diente muerto, especialmente alrededor de la punta y en el ligamento periodontal, solo a la espera de una oportunidad para propagarse. Es más, muchas veces la infección se extiende hasta el propio hueso del maxilar originando aéreas de tejido necrótico.

Todo este cuadro, por lo general es asintomático, por lo que es frecuente que la persona tenga un absceso en el diente muerto sin siquiera saberlo.

Esta infección focal en el área inmediata de la endodoncia es de por sí sola lo suficientemente mala.

Lo grave es que el daño no se detiene allí.

Las bacterias que han aparecido en la endodoncia pueden salir de los tejidos e ir hacia el torrente sanguíneo en donde son transportadas hacia cualquier órgano  para establecerse en él..
Nuestro ya mencionado Dr. Weston Price experimentó lo suficiente con fragmentos de dientes con endodoncia.

Implantaba a conejos los fragmentos de dientes de una persona enferma y lograba  pasarle la enfermedad al conejo en el 100 por ciento de las veces.

Las enfermedades cardiacas, las enfermedades renales, la artritis, las enfermedades reumáticas y articulares, las enfermedades neurológicas, las enfermedades auto inmunes (Lupus y otras) han sido relacionadas con las endodoncias.

Y se podría relacionar las endodoncias con el cáncer?

Obviamente que sí. Ya muchos investigadores han establecido una conexión extremadamente alta de las endodoncias o tratamientos de conductos con el cáncer, especialmente el de mama.

Es curioso y elocuente al mismo tiempo observar que los tumores en la mayoría de los casos se localizan del mismo lado del cuerpo en donde se hace la endodoncia.

En nuestra experiencia al tratar con pacientes de cáncer, en  un alto porcentaje de ellos hemos encontrado interferencias bioenergéticas en la dentadura enfocadas hacia el órgano afectado con el cáncer. Al valorar cuál en particular es el diente interferente hemos encontrado el punto de interferencia en un diente con apariencia normal, pero que mucho tiempo atrás fue tratado con una endodoncia.

La cura o remisión total del cáncer ha sido tan simple como extraer el diente y después reforzar el sistema inmunológico.
A manera de conclusión, creemos que arriesgar la salud con el fin de conservar un diente, simplemente no tiene sentido. Recomendamos que no se practique una endodoncia.

Pero, si ya existe una endodoncia, se debe considerar la remoción del diente junto con su ligamento periodontal a fin de reducir dramáticamente el riesgo de desarrollar una  enfermedad degenerativa.

Nuestro deber como terapeutas, es que en todo diagnostico que hagamos a nuestros pacientes quede valorada la existencia de interferencias dentales por endodoncias o cualquier otra patología dental.

Debemos recordar que la irritación neural (nerviosa) es un fuerte estímulo para causar cambios en la salud.(Terapia Neural).

Cartagena , septiembre 23 de 2012.

IMPORTANTE: ESTA INFORMACIÓN NO ES, NI SUSTITUYE EN NINGÚN CASO LA CONSULTA, TRATAMIENTO O DIAGNÓSTICO DEL PROFESIONAL DE LA SALUD COMPETENTE

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